Con frecuencia el terapeuta tiene que explicar a su consultante algunos aspectos de la patología que les afecta, así como los órganos y sistemas involucrados en su padecimiento. En este espacio me he dado a la tarea de compilar información de la Anatomía y Fisiología Humana, en forma cuasi-elemental, para que cualquier persona independientemente de su nivel académico, tenga la facilidad de entender con la guía del terapeuta, si este cuenta con un ordenador en su consulta. Los textos y los gráficos son claros y simples y pueden coadyuvar a minimizar el tiempo de la consulta por este motivo. Además, puede ser de utilidad para estudiantes y público en general interesados en la materia. Consideraré también en lo posible agregar información de algunos padecimientos al azar….El Editor.
jueves, 26 de diciembre de 2013
Alimentación y la importancia del Tejido Conectivo
La alimentación no sólo depende de lo que comemos. El intercambio de nutrientes entre la sangre y las células se hace a través del tejido conectivo. ¿ Como puedes mantenerlo sano ?
La modificación del funcionamiento del tejido conectivo puede estar en la raíz del problema y a la vez ser el factor de solución, si corregimos o mejoramos dicho tejido mediante emociones positivas , cambios de dieta, energías sutiles, etc..
La Dra.Menchu Sacristán, Médica experta en Cirugía Aponeurótica y en Terapia Neural Esta consiguiendo avances en recuperar movilidad en personas tetraplégicas, con Esclerosis múltiple y otras enfermedades graves, de las cuales no tenemos mucha idea de sus causas u origen.
Para los menos entendidos en el tema, aconsejamos empezar viendo el final de la 2ª parte donde en base a preguntas o ejemplos se entiende perfectamente la importancia de lo planteado.
Dra. Menchu Sacristán
Experta en Cirugía Aponeurótica y en Terapia Neural
Directora del Curso de Experto Universitario en Liberación Fascial (Real Centro Universitario Escorial, Madrid)
Profesora colaboradora del Máster de Terapia Neural y Odontología Neurofocal de Barcelona
martes, 24 de diciembre de 2013
La medicalización en la sexualidad y en el impulso de la sed, Teresa Forcades
Estos son los Innovadores temas los que toco La Dra. y médica Teresa Forcades en su conferencia.
Muy pocos de los asistentes sabíamos, que la nueva moda impulsada en Estados Unidos, es operarse o amputarse los labios de la vulva para estar mas sexy según las medidas "correctas" estipuladas por una cirugía mercenaria que quiere sacar beneficio de todo , aunque sea creando problemas de salud por traumatismos posquirúrgicos.
Una medicina, la americana, que gastando siete veces mas por ciudadano que aquí en España , tiene una sanidad peor que la nuestra, desatendiendo a personas sin recursos , pero haciendo negocios increíbles con los que pueden pagar.
Como este es el modelo al que muchos de nuestros políticos descerebrados nos quieren llevar, es bueno que se ventilen estas modas , antes de que se extiendan como una plaga en nuestro País.
El otro tema de las bebidas isotónicas también fue esclarecedor.
Como nos incitan a "reminarilizarnos" con agua ensuciada con alguna sal inorgánica y otros aditivos inconfesables y nos ocultan que la mejor remineralización es tomar agua de mar diluida a 1/3 , tal y como descubrió hace mas de un siglo el sabio francés, Rene Quintón.
Teresa Forcades
Teresa Forcades y Vila (1966, Barcelona) es una médico, teóloga y monja catalana de la Orden de San Benito, conocida por sus posiciones feministas y sus manifestaciones críticas con las actuaciones de las multinacionales farmacéuticas, en concreto, con la gestión de la gripe A por parte de instituciones sanitarias como la Organización Mundial de la Salud y las empresas farmacéuticas productoras de las vacunas. Denuncia, en definitiva, los crímenes y delitos cometidos por la Industria farmacéutica.
Se licenció en Medicina por la Universidad de Barcelona en 1990 y se trasladó a Estados Unidos para especializarse en Medicina interna en la Universidad Estatal de Nueva York, que consiguió cinco años más tarde. En 1997, tan sólo dos años después, finalizó un máster en teología protestante en la Universidad de Harvard. En septiembre de ese mismo año, ya en España, ingresó en el monasterio benedictino Montserrat
domingo, 12 de mayo de 2013
Cómo mejorar la Memoria...
Apretar el puño derecho durante 90 segundos ayuda a la formación de la memoria
Hacerlo con el izquierdo nos ayuda a recordar
Procesamiento emocional
martes, 16 de abril de 2013
El Milagro de la Creación Humana
Extraordinario video que en poco más de 14 minutos muestra el proceso de la creación biológica de un nuevo ser humano. Inicia con la explosión eyaculatoria y la competencia de millones de Espermatozoides haciendo su mejor esfuerzo para lograr su objetivo: Fecundar al Ovulo.
Ilustra varias situaciones del proceso de formación del Feto hasta su culminación de la nueva vida antes del parto.
Para mi además de lo educativo y didáctico de este trabajo, tiene un mensaje de vida para aquellos que sufren problemas de autoestima.
Me explico: Todo ser humano que llega a nuestro planeta, es por este hecho un triunfador, pues para lograrlo tiene que vencer aproximadamente a 200 millones de competidores, cifra que representa la media de espermatozoides en cada eyaculación.
Imaginen una carrera a campo traviesa en la que se han inscrito 200 mil corredores, tu entre ellos, y el vencedor eres tu!!!.
¿No es algo extraordinario y milagroso?!!!.
¿Entonces cual es la razón de esa Baja Autoestima?.
Te lo diré…Es no tener conciencia de que Naciste siendo un Campeón y que te dejaste influenciar por tu Medio Ambiente, sobre todo el Social…
Ahora que lo sabes, ¿seguirás dominado por esas malas influencias?
Tuya es la determinación!!!
En lo anteriormente expuesto, hablo del Ser Humano como tal, por lo que no hago distinciones como Campeón y Campeona…Eso se los dejo a los políticos y a quienes con unas palabrillas tratán de ganar simpatías…Para mi todos los seres humanos somos iguales sin importar género, ni cualesquier otro parámetro discriminatorio.
El Editor.
El Milagro de la Creación Humana
El cuerpo humano es la máquina más complicada en el mundo. Vemos con él, escuchamos con él, respiramos con el, caminamos y corremos con el, y sentimos placer con él. Sus huesos, músculos, arterias, venas y órganos internos se organizan con un diseño maravilloso, y cuando examinamos este diseño en detalle nos encontramos con hechos aún más asombrosos. Cada parte del cuerpo, aunque cada uno puede parecer ser tan diferente de otro, está formada por el mismo material: Células.
Las células, cada una de las cuales es la milésima parte de un milímetro, son las unidades estructurales que forman nuestro cuerpo y todo lo que contiene. Algunas de estas células se unen para formar los huesos, los otros para formar los nervios, el hígado, la capa interna del estómago, la piel o la córnea del globo ocular. Cada uno tiene el tamaño y la forma exactamente para cumplir con el requisito de una parte del cuerpo.
¿Cómo y cuándo las células, que tienen funciones tan variadas, llegaron a existir?
La respuesta a esta pregunta nos llevará a un proceso en el que cada momento está lleno de misterio. Todos los aproximadamente 100 billones de células que componen su cuerpo hoy. provino de la división de una sola célula. Esa sola célula que tiene la misma estructura que todas las células de tu cuerpo ahora, provenía de la unión del óvulo de tu madre y la célula espermática de tu padre.
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The Miracle Of Human Creation The human body is the most complicated machine in the world. We see with it, hear with it, breathe with it, walk and run with it, and sense pleasure with it. Its bones, muscles, arteries, veins and internal organs are organized with marvellous design, and when we examine this design in detail we find even more amazing facts. Every part of the body, though each may seem to be so different from another, is made up of the same material: cells.
Cells, each of which is one thousandth of a millimetre, are the structural units that form our body and everything in it. Some of these cells unite to form bones, others to form nerves, the liver, the inner layer of the stomach, the skin or the cornea of the eyeball. Each has the size and shape that exactly meet the requirement of that part of the body.
How and when did cells, which have such varied functions, come into being?
The answer to this question will take us into a process whose every moment is filled with mystery. All the approximately 100 trillion cells that make up your body today came from the division of one single cell. That single cell which had the same structure as all the cells in your body now, came from the union of your mother's egg cell and your father's sperm cell.
Ver el Video haciendo clic en el siguiente enlace:
martes, 9 de abril de 2013
domingo, 27 de enero de 2013
La muerte empieza en el cólon
Resulta que el niño nació por cesárea.
Cuando me lo dijo, no lo dudé ni un segundo. Enseguida pensé: “Flora intestinal”.
“La muerte empieza en el colon”
Si tenemos un tubo digestivo mal cuidado, poblado de bacterias y hongos oportunistas y patógenos (en particular, Candida albicans) y contaminado por alimentos mal digeridos, corremos el riesgo de que se quede atascado por materia fecal tóxica. Esta situación puede provocar desequilibrios y trastornos de distinta gravedad.
En concreto, se puede sufrir estreñimiento habitual, gases, diarreas, inflamaciones de distinta índole, alteraciones en la piel, cambios de humor o enfermedades más graves, como una colopatía funcional, una diarrea sangrante e incluso cáncer de colon.
Al hacer una autopsia, es fácil comprobar si el colon de la persona fallecida se encontraba muy atascado por excrementos. Es el origen del dicho: “la muerte empieza en el colon”.
Un intestino sucio conlleva el riesgo de tener un sistema inmunitario deficiente. Se es más vulnerable ante enfermedades infecciosas e inflamatorias relacionadas con el aparato digestivo, respiratorio, urogenital, etc.
Además, tener el colon “enfermo” también es un factor desencadenante de trastornos emocionales. Poca gente lo sabe, ni siquiera todos los médicos, pero las células del intestino producen el 80% de la hormona del buen humor (la serotonina) que se encuentra en el cuerpo.
De alguna manera, el intestino es nuestro “segundo cerebro”, así que tenemos que cuidarlo muy bien.
Cuidar el tubo digestivo
En internet se puede encontrar una gran oferta de productos, más o menos fiables, que sirven para limpiar el tubo digestivo. Pero el intestino no es ni una chimenea que haya que deshollinar, ni una tubería que haya que desatascar. De hecho, es más delicado, y a la vez mucho más sencillo.
Por lo general no deberíamos hacer nada. La madre naturaleza lo ha previsto ya todo: un ejército de miles de millones de microorganismos que pueblan el colon (el último tramo del intestino, justo antes del recto), que día y noche lo protegen y limpian impidiendo que las bacterias y levaduras dañinas se desarrollen e invadan la zona.
Los microbios del intestino son muy numerosos; hay hasta cien veces más que células tiene el cuerpo, es decir, unos 100 millones de millones (¡14 ceros!).
Este inmenso ejército recibe el nombre de “flora intestinal” o “microbiota”.
Utilizar el término “flora” aplicado al intestino puede chocar, pero lo cierto es que hace referencia al número de especies de bacterias y levaduras (200 tipos como mínimo) que ahí cohabitan, como ocurre en los jardines botánicos. Y cada persona tiene su propia flora intestinal, tan personal como su huella dactilar.
Cuidar su propio jardín es responsabilidad de cada persona; resembrarlo con frecuencia, eliminar las malas hierbas, abonarlo…o bien abandonarlo. En este último caso, lo que era un bonito jardín inglés rápidamente se convertirá en un horrible y nauseabundo vertedero, refugio de especies nocivas que pueden provocar enfermedades.
Los malos olores no son normales
La función principal del colon es fermentar los alimentos que no se han digerido completamente para extraer los últimos nutrientes y hacer que pasen a la sangre. Cuando el colon está sano y funciona bien, sólo quedan residuos inutilizables que se evacuan con regularidad, y que no desprenden mal olor.
Por el contrario, en presencia de bacterias y levaduras nocivas, el tránsito se altera produciendo estreñimiento o diarrea y los residuos alimentarios huelen mal. Además, cuando se tiene una mala digestión, aparte de ser desagradable en sí mismo, nuestro organismo no puede extraer los nutrientes de la comida de manera satisfactoria. Si no se hace nada al respecto, se puede llegar a tener déficit nutricional, o incluso carencias.
La flora nociva produce también gas carbónico, metano e hidrógeno en abundancia. Y los gérmenes se extenderán hasta provocar bolsas de gas a lo largo del colon, generándonos la sensación de que vamos a estallar. Las flatulencias y gases no tienen nada de gracia. Indican una mala digestión y también que el colon necesita ayuda. Este círculo vicioso se origina por la falta de bacterias “buenas”, beneficiosas para la salud, que favorezcan la digestión.
Y llegados a este punto, retomo el caso del hijo de mi amigo que nació por cesárea.
La flora intestinal se determina en el nacimiento
La composición de la flora intestinal depende, en primer lugar, de la manera en la que nacemos.
Cuando nos encontrábamos en el vientre de nuestra madre, nuestro tubo digestivo era estéril. No tenía microbios.
Las bacterias y levaduras no se instalan en él hasta el momento del parto: 72 horas después de nacer, nuestro tubo digestivo contiene ya ¡millones y millones de bacterias y levaduras!
¿Pero de dónde proceden todas esas bacterias y levaduras? Aún lo desconoce mucha gente, pero para los niños que han nacido por parto natural proceden de la flora vaginal de la madre.
Ahora bien, la flora vaginal depende en gran medida de la flora intestinal, por lo que las mujeres que en las últimas semanas de embarazo tengan una adecuada flora intestinal, dejarán a sus hijos una excelente herencia de especies microbianas para que siembren su intestino. Si por el contrario el intestino de la madre está contaminado por especies oportunistas y patógenas, por desgracia el bebé también las heredará.
De esta manera queda demostrado que la predisposición a padecer ciertas enfermedades tiene relación directa con un tipo de microflora que se transmite de madres a hijos en el nacimiento. En particular ocurre con los descendientes de mujeres que sufren asma o dermatitis. Si durante los últimos meses de embarazo la madre regenera su microflora (veremos cómo), el niño no será portador de una flora que pueda provocarle eczemas y/o asma. De esta manera tan sencilla se puede evitar que el recién nacido sufra una deficiencia que puede arrastrar de por vida, y que a su vez podría derivar en una bronquitis crónica que requeriría de asistencia respiratoria, convirtiéndole en una persona dependiente.
Existe otro caso igualmente preocupante y es el de los niños que nacen por cesárea.
El bebé que nace por cesárea, al ser extraído directamente de la placenta (habitáculo estéril), no tiene contacto con la flora de su madre. Recibe entonces la microflora del entorno, es decir, del hospital, que suele estar poblado de bacterias resistentes a los antibióticos, en especial la desgraciadamente famosa estafiloco aureus (Staphylococcus aureus).
Si no se corrige a tiempo, la flora intestinal de origen hospitalario puede tener consecuencias dolorosas para toda la vida.
Así que es muy importante que desde el momento mismo del nacimiento, las mamás a las que por fuerza debe practicárseles una cesárea siembren el tubo digestivo de su bebé con bacterias beneficiosas para la salud. Antes de hablar de cómo hacerlo, déjeme que puntualice que incluso una flora intestinal buena en el nacimiento puede llegar a desequilibrarse.
Cómo se puede romper el equilibrio de la microflora
Tras el nacimiento, el equilibrio de la microflora intestinal se encuentra en constante evolución. Se trata de un equilibrio dinámico que puede romperse por diferentes factores endógenos y exógenos:
- factores endógenos (que se originan en el interior del organismo): puede que tengamos un sistema inmunitario deficiente o una enfermedad metabólica leve que ocasione una modificación de la flora intestinal. Si nos hacemos una herida o pasamos por el quirófano, tenemos una inflamación, estreñimiento crónico o un tumor en el intestino, la microflora también puede alterarse gravemente, lo que empeora los síntomas de la enfermedad prolongando la recuperación.
- factores exógenos (que se originan en el exterior): una alimentación desequilibrada, la contaminación por metales pesados o por pesticidas utilizados en el campo o por aditivos alimentarios antimicrobianos, infecciones por gérmenes patógenos, niveles altos de estrés, tratamientos antibióticos, vacunas… Todo ello favorece la inhibición de las bacterias buenas, dejando espacio para que se reproduzcan los gérmenes oportunistas y patógenos que son responsables de enfermedades.
Esto demuestra que una flora intestinal equilibrada es clave a la hora de estar sanos y hacer frente a las enfermedades. Nuestro objetivo debe ser conservar la flora en un estado microbiológico perfecto.
Voy a explicarle cómo:
Cuidar y mejorar la flora intestinal
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Entre las micosis, la candidiasis provocada por la Candida albicans es alarmante, puesto que la proliferación de este germen en el organismo provoca una alteración del sistema inmunitario que puede abrir la puerta a otras enfermedades, como el cáncer.
El reto es el siguiente: tenemos que favorecer la proliferación de bacterias beneficiosas mediante la implantación de especies favorecedoras de bacterias saludables y el uso del “abono” adecuado. Y, al mismo tiempo, debemos impedir que se desarrollen las especies patógenas, origen de enfermedades.
A continuación puede ver qué medidas puede tomar para reforzar su sistema inmunitario, aumentar su vitalidad y, en definitiva, mejorar su bienestar.
Reducir el consumo de alimentos en estado puro
Se deben consumir con moderación alimentos en estado puro, no procesados, como la carne, el queso, las grasas y los azúcares simples (o monosacáridos), ya que pueden romper el equilibrio de la microflora.
Desde los años cincuenta, el consumo de alimentos en estado puro no ha dejado de crecer, con el consiguiente e incesante desarrollo de lo que llamamos enfermedades del mundo desarrollado: es decir, enfermedades cardiovasculares, trastornos digestivos, metabólicos, del sistema nervioso u osteoarticular, etc.
Sirva como ejemplo el elevado consumo de azúcares simples: sacarosa, fructosa, maltosa, lactosa, glucosa…
Todos los alimentos azucarados o que se transforman rápidamente en azúcares simples, incluido el zumo de frutas, favorecen la proliferación de una flora fúngica que altera el sistema inmunitario, aumentando el riesgo de diabetes, obesidad, accidentes cardiovasculares y todo tipo de cáncer.
Puede parecer exagerado, pero hoy en día los médicos no tienen ninguna duda al respecto: un consumo elevado de azúcar produce hiperglucemia y, consiguientemente, hiperinsulinemia, que provoca la formación del tumor cancerígeno y acelera el crecimiento de células tumorales.
Los españoles consumen de media 43,8 kilos de azúcar al año, es decir, unos 120 gramos al día (equivalente a entre 15 y 20 cucharaditas de postre diarias). La mayor parte de este azúcar se “cuela” a través de productos elaborados (refrescos y bebidas azucaradas, cereales, derivados lácteos, etc. que se endulzan con fructosa, el principal edulcorante industrial). Esta cifra es alarmantemente alta. Debería reducirse como mínimo hasta colocarse por debajo de los 10 kilos al año. Y también deberíamos reducir el consumo de carne, grasas saturadas y lácteos.
Así que prioricemos las frutas, legumbres y cereales integrales, bayas, frutos secos, pescados grasos ricos en nutrientes como el colágeno, minerales, vitaminas liposolubles y ácidos grasos omega-3. Podemos tomar algo de carne, lácteos (sobre todo leche de cabra y oveja) y aceites vegetales (preferiblemente aceite de oliva o nuez), algo menos de grasas saturadas y muy pocos dulces.
Comer más fibra: es “prebiótica”
La alimentación moderna es demasiado rica en alimentos en estado puro (carne, queso, grasas y azúcares) y pobre en fibra. A pesar de no ser un nutriente esencial de nuestro cuerpo, la fibra alimentaria resulta indispensable para preservar la flora intestinal, que se alimenta de ella transformándola en ácidos orgánicos que protegen y regeneran la mucosa intestinal.
Algunas fibras alimentarias son solubles porque tienen poco peso molecular. Se las denomina “prebióticas” porque su objetivo es estimular el crecimiento de las bacterias “probióticas” o bacterias “buenas” del ecosistema intestinal.
Como nuestra flora intestinal se nutre de fibras, no podemos dejar que se eche a perder privándola de las fibras solubles que podemos encontrar, por ejemplo, en la fruta de temporada bien madura, en una gran variedad de legumbres (preferiblemente leguminosas y crucíferas) y en los cereales de siempre, pobres en gluten (arroz, mijo, avena, espelta…).
Consuma especialmente legumbres y frutas ecológicas, porque no contienen pesticidas (cancerígenos) ni conservantes (antibacterianos y antifúngicos que alteran la flora intestinal).
Además, en necesario evitar la ingesta conjunta de hidratos de carbono y alimentos ácidos (por ejemplo, cereales y cítricos, cereales o legumbres con vinagre o limón, tomate y pasta o arroz…), ya que los ácidos neutralizan la acción de las enzimas salivales sobre el almidón de los hidratos de carbono, con la consiguiente producción de toxinas en el intestino.
Redescubrir los productos fermentados
Todas las semiconservas fermentadas contienen bacterias del grupo láctico (Lactococcus, Enterococcus, Leuconostoc, Pediococcus, Streptococcus, Lactobacillus…).
Nuestros antepasados comprendieron instintivamente que los productos fermentados se conservaban bien y que su consumo era beneficioso para la salud. Desde comienzos del siglo pasado, el mundo de la microbiología ya puso poco a poco de manifiesto que algunas bacterias desarrolladas espontáneamente en los productos con fermentación láctica poseían características “probióticas”, es decir, beneficiosas para la salud.
El chucrut se viene consumiendo desde la época de los Romanos, y la col fermentada sigue siendo hoy un plato importante de la cocina centroeuropea, desde Alsacia hasta Ucrania. En Polonia, Ucrania y muchos países de Europa del Este se consume borsch, una sopa de verduras cuyo ingrediente principal es el zumo fermentado de remolacha.
También en los países asiáticos destaca el consumo de col fermentada, como en el kimshi coreano, aunque la mayoría de las verduras pueden consumirse de esta manera: zanahorias, berenjenas, cebollas, pepinos…
En la cocina occidental, las aceitunas, pepinillos, remolacha, nabos, etc. se conservan mediante fermentación láctica. No obstante, la industria agroalimentaria tiende cada vez más a conservar los productos en escabeche o en vinagre, o a esterilizarlos tras la fermentación, lo que destruye las bacterias. La cerveza de hoy en día suele pasteurizarse a pesar de estar fermentada, por lo que contiene muy pocas bacterias y levaduras.
Por el contrario, la leche fermentada es muy rica en bacterias beneficiosas para la salud con características “probióticas” de diferentes propiedades en función de la especie y biotipo bacteriano utilizado.
Es el caso del yogur (fermentado por Streptococcus thermophilus y Lactobacilus bulgaricus), la leche acidófila (fermentada por Lactobacillus acidophilus), la leche con bifidus (fermentada por Bifidobacterium bifidum, longum, breve o lactis), el kéfir (fermentado por varias especies de Lactococcus, Leuconostoc, Lactobacillus, Sacharomyces, Kluyveromyces, etc.). Todos estos tipos de leche fermentada son importantes para la salud, especialmente si la materia prima procede de cabra, oveja o yegua. En lo que respecta a los yogures clásicos, cada vez más y más personas desarrollan una intolerancia a la leche de vaca, que se manifiesta en inflamaciones como rinitis, sinusitis, artritis, artosis, etc.
Comer adecuadamente
Mastique y ensalive bien los alimentos, sobre todo aquellos ricos en almidón, como los cereales, las frutas, las verduras y las legumbres. Masticar adecuadamente garantiza que la primera fase de la digestión tenga lugar en la boca bajo los efectos de la amilasa de la saliva, evitando una fermentación intestinal putrefacta que produzca toxinas.
No abuse de los alimentos que en ocasiones producen reacciones de intolerancia, como pueden ser la leche de vaca y sus derivados, los cereales modernos ricos en gluten y sus derivados.
Evitar el agua con cloro
Se añade cloro al agua del grifo antes de que ésta sea distribuida para el consumo precisamente porque acaba con los gérmenes dañinos que pueda contener.
Es una gran idea y, desde que se inició esta medida, enfermedades como la disentería o el cólera han desaparecido en los países desarrollados.
No obstante, el cloro tiene el mismo efecto en nuestro tubo digestivo: tiende a desinfectarlo, matando indistintamente a los microorganismos buenos y a los malos. Hay que evitar el contacto innecesario con sustancias bactericidas (que matan bacterias) o fungicidas (que matan levaduras y hongos), incluidos los productos para desinfectar las manos y la piel, porque acaban con todas las cepas microbianas, sean éstas buenas o malas. Además, la piel y los órganos sexuales también están cubiertos de una microflora que hace frente a los gérmenes nocivos, así que más vale cuidarla.
Si se toman todas estas precauciones, la microflora protectora se reequilibrará ella sola, siempre y cuando nuestra alimentación y nuestra forma de vida se lo permitan, ya que son los dos medios más poderosos que tenemos para recobrar la salud.
Para hacer el proceso más fácil, se pueden tomar también algunos complementos alimenticios. El problema es que la mayor parte de los “probióticos” a la venta no funcionan. ¿No será porque se ofrecen en formato de comprimidos, lo que implica que se ha debido aplicar una fuerte compresión de sus componentes, que hace subir la temperatura y, por tanto, ha matado las bacterias?