Con frecuencia el terapeuta tiene que explicar a su consultante algunos aspectos de la patología que les afecta, así como los órganos y sistemas involucrados en su padecimiento. En este espacio me he dado a la tarea de compilar información de la Anatomía y Fisiología Humana, en forma cuasi-elemental, para que cualquier persona independientemente de su nivel académico, tenga la facilidad de entender con la guía del terapeuta, si este cuenta con un ordenador en su consulta. Los textos y los gráficos son claros y simples y pueden coadyuvar a minimizar el tiempo de la consulta por este motivo. Además, puede ser de utilidad para estudiantes y público en general interesados en la materia. Consideraré también en lo posible agregar información de algunos padecimientos al azar….El Editor.
sábado, 21 de abril de 2012
Arritmia Cardiaca
Es un trastorno de la frecuencia cardíaca (pulso) o del ritmo cardíaco, como latidos demasiado rápidos (taquicardia), demasiado lentos (bradicardia) o con un patrón irregular.
El corazón es un músculo que bombea la sangre a todo el cuerpo, tanto para que se purifique en los pulmones, como para que llegue a cada célula del organismo.
Este bombeo lo realiza con un ritmo asombroso y constante que solamente cambia un poco cuando estamos en completo reposo o se acelera con el ejercicio, alguna enfermedad o susto.
Para que el ritmo se realice de forma normal, en el corazón existen células especializadas que generan estímulos eléctrico que estimulan al músculo cardíaco para que se contraiga y expulse la sangre hacia los distintos órganos. Estas células forman nódulos y de uno de ellos, llamado sinusal, parten los estímulos eléctricos que se distribuyen en el corazón determinando su contracción y dilatación, esto también se hace en coordinación con el sistema nervioso vegetativo.
La frecuencia cardiaca es más acelerada en los bebés y niños pequeños que en las personas adultas y pueden considerarse normales cuando ésta fluctúa de forma constante entre los 60 y los 100 latidos por minuto.
La frecuencia cardiaca normal varía dependiendo de la capacidad de generación de estímulos en el nódulo sinusual y del sistema nervioso vegetativo que a su vez es influenciado por el ritmo respiratorio, aumentando la frecuencia durante la inspiración y disminuyendo durante la espiración. De manera que se considera normal en una persona adulta que sus latidos se den entre 60 y 100 por minuto.
Cuando el ritmo de los latidos cardiacos cambia, se produce una arritmia cardiaca, que es un trastorno que interfiere en el ritmo normal de la generación o conducción de los impulsos eléctricos lo que ocasiona series irregulares de latidos y que puede afectar seriamente la calidad de vida o hasta causar la muerte de quienes las padecen.
Las arritmias también conocidas como bradicardia, fibrilación, palpitaciones o taquicardia. dependiendo de su frecuencia cardiaca, pueden afectar a personas de ambos sexos y a cualquier edad, incluso en la infancia.
Se dividen en taquirritmias, bradiarritmias y fibrilaciones.
En las taquirritmias, la frecuencia es muy rápida e irregular y se encuentra por encima de los 100 latidos por minuto, lo que en ocasiones puede llegar a producir un temblor del músculo esquelético y el ritmo se pierde por completo.
En las bradiarritmias, la frecuencia es muy lenta, menor de 60 latidos por minuto y produce entre otras cosas el desmayo de la persona, ya que el cerebro no recibe suficiente cantidad de oxígeno.
Las fibrilaciones se presentan cuando el ritmo cardíaco pierde regularidad y se desordena completamente.
Por lo general, las arritmias se deben a algún daño del músculo cardíaco o del nódulo sinusal, que es el marcapasos natural del corazón. El daño puede ser provocado por un ataque al corazón, defectos congénitos, válvulas cardíacas deterioradas o por alguna infección, como la endocarditis bacteriana.
El riesgo de las arritmias reside en su enorme capacidad de transformarse en otro trastorno que puede llevar a la muerte de la persona que las padece.
Otro riesgo importante, son las alteraciones circulatorias que pueden desencadenar, dependiendo del tipo de arritmia y de los antecedentes cardiovasculares del enfermo. Por lo general, las personas con un corazón sano toleran bien las alteraciones del ritmo cardiaco y ni siquiera llegan a presentar síntomas ya que el aporte de sangre hacia los distintos órganos puede mantenerse dentro de los límites normales mientras la frecuencia cardiaca no supere los 100 latidos por minuto o se encuentre por debajo los 60.
No es fácil determinar el origen de las arritmias, sin embargo, hay factores como el consumo excesivo de alcohol, tabaco o cafeína y otras drogas que pueden alterar el ritmo cardiaco.
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